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Mostrando entradas de junio, 2014

Debería, debería

Debería estar leyendo acerca del caso de La Volpe y la podóloga. Debería ponerme a trabajar en el anteproyecto de una investigación que francamente aún no termino de entender. Debería buscar convocatorias literarias para participar y quitarme el miedo. Debería volver a las clases de tango o a las clases de guitarra o al aikido. Debería prepararme psicológicamente para los exámenes médicos de mañana (según mi agenda). Debería dejar las selfies. Debería dejar de contar chistes. Pero en lugar de lo anterior, termino de leer Latinas candentes 6 de Fernando Lobo. Buen libro. El porno nuestro de cada día me hizo recordar ese artículo de Quo.mx en el que reportan que "el porno hace que disminuya la materia gris" (que de por sí ni usamos). La verdad yo creo que es más un consuelo cotidiano, como ver a Johnny Depp en su nueva película. Pero si una cosa lleva a la otra, los extremos no son nada buenos: véase la película Thanks for sharing , donde Mark Ruffalo hace de ex-sex addict.

Qué difícil

Anoche recordaba los momentos felices y pensé: debe ser la vida que llevamos, tan industrial, tan ajetreada. Qué difícil. A esta edad, nadie sacude el polvo de los cadáveres de la memoria, nadie se toma la molestia de entender. A esta edad ya no hay tiempo: el destino, el futuro, la realidad nos alcanza; no hay tiempo de seguir con la complicidad, con la chispa divina, con la farsa del alma gemela. Me preguntas: ¿y dónde quedaron esos que saben a quién te refieres cuando dices " ese wey "? Esa es la parte más difícil, te respondo, yo no sé dónde quedaron los amigos.

Evelyn

me destruyes Evelyn me destruyes cuando no respondes cuando huyes y dejas mi corazón empapelado a la deriva cuando tu rostro me mira confundido a través de la pantalla a través del teléfono tu voz me rompe me acelera el pulso porque no sé si esto es sufrir por pasatiempo no sé si soy acaso tu juguete no me castigues con tu indiferencia Evelyn porque un día cuando estemos frente a frente odiaré tus manos odiaré tu boca odiaré tus pasos y entonces te desconoceré