Al fin pude tomar un descanso de mis tareas y deberes para leer Estrellas pájaros. Treinta y dos poemas brasileños del siglo XX (Universidad Autónoma de Nuevo León, 2005). A continuación les comparto cinco poemas de esta antología.
Paz
Paulo Menotti del Picchia
La paloma de la paz voló a cielos distantes.
Los hombres se agitaban
entre gritos y disparos.
Elefantes mecánicos
surcaban fosos
y abrían trincheras.
Cansada de mantenerse en las alturas
la paloma de la paz
inició un vuelo en picada
hacia una cosa inmóvil
yerta y blanca sobre el verde campo.
Y se posó triste y tranquila
sobre las manos de un cadáver.
La calle
Cassiano Ricardo
Sé bien que, muchas veces,
el único remedio
es postergarlo todo. Postergar la sed,
el hambre, el viaje,
la deuda, el divertimento,
la solicitud de empleo, o la misma alegría.
La esperanza también es una forma
de continuo aplazamiento.
Sé que es necesario ponderar la esperanza
en una sala de espera.
Pero también sé que espera significa lucha
y no sólo
sentada esperanza.
No abdicación frente a la vida.
La esperanza
nunca es la forma burguesa, sentada
y tranquila de la espera.
Nunca es la figura de la mujer
del viejo cuadro.
Sentada, dando maíz a las palomas.
Alegría
Ribeiro Couto
Me gustan estos redondos y pacíficos cerdos
que pasan corriendo por el solar
en desbandada, balanceando la sucia gordura,
con gruñidos de narices estúpidas,
tienen el olisqueante hocico manchado de lodo.
Las gallinas, al verlos en la oscilante carrera,
se apartan, espantadas, con el cuello erguido.
Y ellos pasan sacudiendo la ridícula colita,
en su alborozo de redondos y pacíficos cerdos.
Paraje
Dante Milano
Solo
con mis bueyes,
mis bueyes que mugen y comen del suelo,
mis bueyes detenidos,
de ojos detenidos,
llorando,
mirando...
El buey de mi soledad,
el buey de mi tristeza,
el buey de mi cansancio,
el buey de mi vergüenza,
y esta calma, este yugo, esta obediencia,
Diseño
Cecília Meireles
Traza la recta y la curva,
la quebrada y la sinuosa.
Todo es necesario.
De todo vivirás.
Cuida con exactitud de la perpendicular
y de las paralelas perfectas.
Con apurado rigor.
Sin escuadra, sin nivel, sin cordel
trazarás perspectivas, proyectarás estructuras.
Número, ritmo, distancia, dimensión.
Tienes tus ojos, tu pulso, tu memoria.
Construirás los laberintos temporales
que sucesivamente habitarás.
Todos los días estarás rehaciendo tu diseño.
No te fatigues. Tienes trabajo para toda la vida.
Y ni siquiera para tu sepulcro tendrás
la medida exacta.
Somos siempre un poco menos
de lo que pensábamos.
Rara vez, un poco más.
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