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De los que viajamos en camión



I

¿Para qué quiero ir al gimnasio si puedo viajar en camión? Mis músculos se han trabajado a base de sostenerme en los tubos de los asientos y plantar bien los pies en el suelo para no caerme. Mientras voy ahí, de pie, tambaleándome, puedo ver pasar la vida por la ventana: si llueve, las reflexiones aparecen junto con los autos que nos rebasan, junto con los peatones que se mojan cuando el chofer se acerca demasiado. No me quejo por ir de pie, por eso trato de no usar tacones, ni tampoco me quejo si nadie me cede el asiento, yo entiendo: la realidad es que todos estamos cansados.

II

Contemplo a las personas dormitar en diferentes posiciones.  Están los que sostienen la cabeza hacia atrás (la posición más cómoda, según mi experiencia) y quienes se inclinan demasiado hacia adelante y corren el riesgo de golpearse cuando el camión frena; están los afortunados que se recargan en la ventana y rebotan con cualquier tope y finalmente, los más aventureros que duermen en el hombro del acompañante desconocido.
El camión tiene grandes letreros de “la bajada es por atrás” y anuncios de la tarjeta Feria que nadie lee.

III

En el segundo asiento de la fila del lado del chofer hay un muchacho que lee a Kafka y una señora que lee la Biblia. ¿Dónde quedaron las personas que leían TVyNovelas? Hace mucho que no las veo. Frente a mí, un niño come galletas en los brazos de su madre y mira mi sombrero, muy serio. ¿Qué cara le puedo hacer al niño para que se ría sin quedar como una tonta?

IV

Suena mi celular y no contesto, hay mucha gente. “No saques el celular en el camión porque te lo pueden robar”. Patrañas, aquí todos muestran su Smartphone y nos leemos sin querer las conversaciones de Facebook, de Whatsapp. Ya sabemos cómo nos llamamos, ya conocemos nuestras historias.

V

Y la bendita música a todo volumen. Podría decir que a mí me gusta el jazz, el rock en español y el tango, pero sería una verdad a medias. Gracias a mis viajes en el transporte colectivo, mi conocimiento musical se ha ampliado: vallenato, bachata, gruperas, de banda, viejitas pero bonitas y demás variedad. Creo que yo hay canción que me parezca completamente desconocida.

VI

El camión se detiene. Al parecer hay una falla y tendremos que pasarnos a otro. Como en mis clases de filosofía y en los libros de motivación personal, he aprendido que si un camión se descompone, otro mejor viene (probablemente uno con aire acondicionado).

VII

Recuerdo que cuando logré llevar una maqueta del sistema solar en un camión lleno de gente y bajar sin perder un solo planeta, descubrí que esto era cosa de valientes.
Contemplo ahora, desde afuera, al camión dormido y concluyo que es cierto: esto siempre es más que un viaje. “Si no lo has hecho, no has vivido”. Los que tienen auto propio no lo comprenderán.

Comentarios

  1. Yo sí leo los anuncios de Tarjeta Feria (y los demás), de hecho, traen varios errores de ortografía.

    En los días en que me toca venirme en camión y dejo mi auto en calidad de "hoy no circula", me divierte mucho esto que nos cuentas, ver a la gente, ver la calle, ver la ciudad...ver las chicas que viajan de pie.

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