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Recuentos octubre-noviembre

1. Se pasó la tan rápido la Feria del Libro Monterrey 2014 que no dije nada. Quizá es porque no tengo nada que decir, si a estas alturas ya se dijo lo más importante. Fui casi una semana entera: estuve en dos lecturas, en la presentación de Mi Barbie nunca tuvo un Ken y en el Slam de poesía donde obtuve el tercer lugar. Ja. Recuerdo cuando iba un solo día y no conocía a nadie; en esos tiempos yo era más de ir a las convenciones de cómics, ahí sí, pregúntenme.

2. Acabó octubre y no pude hacer todo lo que quería en Halloween -mi festividad pagana favorita- debido en gran parte a cuestiones laborales. De unos años para acá, ya no hay tantos niños disfrazados en la calle. A lo mejor cambiaron de religión (aunque eso a los niños qué: ellos solo quieren dulces) o tienen miedo de salir por tanta inseguridad o ya van a pedir su calaverita como buenos mexicanos o tienen suficiente dinero para comprar sus propios dulces. Quién sabe.

3. Noviembre es un mes nostálgico desde su inicio por aquello del día de muertos. "Ni siquiera la muerte permanece", dijo José Emilio Pacheco. Pues sí, el muerto al pozo y el vivo al gozo, pero no podemos negar que unas muertes pesan más que otras, que no somos tan indiferentes como pretendemos. La gente se muere todos los días, se van, y los que nos quedamos les hacemos altares. Sé que algunos todavía piden perdón a los cadáveres cuando la voz de la conciencia les grita: en vida, hermano, en vida. En esos casos, tal vez el muerto en cuestión aplique el facepalm (...)

A mis muertos (fragmento)

se ha muerto el abuelo
también
así nada más en el baño
en la noche se desvaneció
como humo de cigarro
como el humo del cigarro
que fuma la abuela
para olvidar

nos dejó manto oscuro
silencio sepulcral
me dejó y me dejó
también
mi primer funeral


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